Simplemente… gracias

Muchos lo conocían como «Choique» el encargado del Autódromo, el que estaba disponible para quien lo necesite, pero, para mí, es mi papá mi «anciano» él que dejó muchas enseñanzas, consejos, recuerdos, momentos, risas y también algún que otro llanto o algún recuerdo que me da un poco de bronca (con amor).

Leer más: Simplemente… gracias

Hoy quiero contar la otra cara de “Choique” esa que no muchos conocen, hombre sencillo y de corazón humilde, generoso y compañero con los suyos, no se olvidaba de nadie, y quien «recibía un llamado» preguntando ¿cómo estás? Y después de hablar unos minutos te decía «bueno, me aburriste, chau…»

Tanto a mí como a mis hermanos nos enseñó a valorar cada momento, a atesorar cada risa, cada abrazo. Aprendimos a valorar el día a día porque la vida nos lo enseñó muy duramente, aprendimos a escuchar lo que sale de tu boca porque de la abundancia del corazón habla. Sin duda alguna dejó su huellita en cada corazón que lo conoció, quizás en algunos más marcados que en otros, pero una huella en fin…

Hombre recto con sus hijos, pero también cariñoso y atento. ¡Bueno para las burlas y un genio para los apodos o sobrenombres, quien pudiera tener su imaginación!

Esa risa que lo mandaba al frente con sus mañas o maldades, sonrisa picarona cuando algo había hecho, y así podría contarles un montón de anécdotas.

Como hija extraño que suene mi celular y sea mi anciano llamándome para tomar juntos un café; para una comida el día domingo, o simplemente para saber cómo estoy, a pesar que nos habíamos visto al mediodía.

Sólo puedo decir que valoren lo que realmente es importante, perdonen, abracen y vuelvan a valorar.

Somos instante… atesoren los recuerdos, valoren los momentos.

Hoy me toca ser fuerte, como me dice alguien que amo con todo mí ser «fuerte como el roble».

Para finalizar aprovecho para agradecer a cada persona que estuvo en todo momento, desde que se iban enterando de su salud hasta para el último adiós. Por acompañar a mi madre y hermano, por hacernos saber el cariño, aprecio y amor que sentían por mi papá, por ser apoyo, prestar el hombro y muchos el oído, a pesar del dolor fue hermoso ver cuantos querían al famoso “Choique”, fue lindo compartir a mi papá con cada uno de ustedes, eternamente agradecida por su familia automovilística que de alguna manera es parte de la nuestra.

(Gentileza «Laurita» Cheuquepil)

Publicado en «Ráfagas Patagónicas», agosto 2022.

error:
Scroll al inicio